Si te digo Charlie y Mery, no es por los ángeles del primero ni por el Bloody de la segunda (sabemos que es Mary, pero lo pronuncias Mery). Todo empezó como en las películas, trabajando juntos un día los papeles saltaron por los aires y las miradas se cruzaron pero en vez de fijarse en el horizonte de sus ojos, se vieron el ‘rollazo’ que llevaban y sabían que juntos harían grandes cosas.
La Mery es esa chica que siempre va por la calle y piensas “¡yo no me atrevo a llevar eso!”, pero ella sí, eso, y más. Desde pequeña se dio cuenta de que por qué se deben hacer looks y comprar ropa a las muñecas cuando para muñeca ya estaba ella. Por otro lado está Charlie, quien entre tubos de ensayo se dio cuenta que le gustaba más investigar en cómo combinar la bata blanca que simplemente investigar.
Si los conoces sabrás que son unos apasionados de la moda y su primer cliente son ellos mismos. Son muy conscientes del valor de la imagen y lo que con ella se puede llegar a comunicar. Por eso la combinación del detalle extremo, heredado de la investigación de Charlie, junto con la creatividad y apuesta de La Mery, crean un cóctel perfecto para tomar y acompañar en cada proyecto.